Armarito, armarito mágico...

Supongo que todas y todos hemos tenido alguna crisis con nuestros armarios. Y no me refiero al típico " no tengo nada que ponerme", sino más bien a esa crisis que nos da cuando no somos capaces de encontrar lo que tenemos a la primera, y por ello no aprovechamos ni el 20% de lo que hemos ido comprando con tanto cariño y dinero. 

Pero, ¿que podemos hacer?. La solución obvia es un armario más grande. Pero a menos que seamos unos millonetis, y nos podamos permitir ampliar nuestra casa a nuestro antojo, eso no suele ser posible. Así que tenemos que buscar una alternativa, barata y sencilla. Lo primero que hay que hacer es sacar todo lo que tengas y clasificarlo bien. NO VALE ponerse sentimental, ¿de acuerdo? Es tan sencillo como destacar tus prendas favoritas, últimas adquisiciones, e ir descartando lo que ya no te pones nunca. Para ser sinceros, esa camisa que te encanta o ese pantalón tan mono ya no son de tu talla. Y si en algún momento lo vuelven a ser, seguro que te querrás comprar cosas nuevas. Así que organiza entre tus amigas un trueque de prendas, y desazte de ellas. Duele, pero es práctico si quieres tener un armario que funcione. 

Bien, ya nos hemos deshecho de lo que no necesitamos (eso espero al menos). Ahora clasifiquemos. No soy muy partidaria de tener ropa de fiesta y de diario, porque me parece que todo sirve para todo con los complementos adecuados, pero puede ser una buena manera de empezar. Separa por tipos de prenda. Camisetas normales, camisetas de tirantes, pantalones, faldas, vestidos, prendas de abrigo… Cada categoría tiene que clasificarse en función a un orden. De más amenos formal, como ya hemos dicho antes, de la que más nos gusta a la que menos. De más de abrigo a menos… Un clasificación que sea clara para nosotros (Puede variar junto con nuestros gustos o adquisiciones recientes). Ya tenemos toda la clasificación hecha. Y ahora a por el armario. SI queremos tener todo bien organizado necesitaremos tres cosas: cajones o baldas, una buena barra y perchas adecuadas. 

Esto ultimo puede ser la diferencia entre un buen y un mal armario. Las perchas para vestidos y camisas tienen que ser funcionales. Si nuestro armario es pequeño, hay perchas muy finas, que además llevan incorporado un tratamiento antideslizante. Y para evitar que los abrigos se deformen, una perchas anchas siempre serán mejores, aunque no hace falta que las compremos exageradas. Las Faldas con perchas de pinzas y colgadas se verán a primera vista. Pero para evitar marcas hay que usar siempre aquellas que tengan goma en las pinzas. Si se puede mejor una sola prenda por percha, no valen excusas como que no hay sitio, porque hoy en día hay perchas muuuuyyyyy finitas de las que echar mano. 

Camisetas y jerseys mejor puestos en plano, en baldas (que se ven mejor) o en cajones (que habrá que tener algo más de memoria). Y como ya hemos dicho mejor separar las prendas por un orden lógico para nosotros. 

En cuanto a bolsos y zapatos, si se puede, un armario o percha aparte mejor. Sino, siempre tienen que tener su propio espacio. Tener todo junto no ayuda precisamente a ver lo que tenemos. Así que mejor tenerlos aparte. 

Una barra con perchas especiales y un par de cajas de tela pueden bastar para los bolsos. Los zapatos ya sin otro cantar. Podemos optar por cajas con fotos de los zapatos para tenerlos a la vista y ordenados. Pero si tenemos poco sitio, las cajas no son una opción a tener en cuenta. Mejor unas baldas un poco inclinadas; dos atrás, un una delante si nos caben, y sino solo las dos de detrás. Apila las bailarinas separandoras con una tela o fieltro y ganarás un montón de espacio. Intenta además que los zapatos estén bien secos cuando los guardes, porque sino se estropearán tanto las baldas como los zapatos mismos. 

Y ya tienes un armario bien ordenadito. Ahora si quieres aprovecharlo aún más, organizare con looks distintos aprovechando todos las prendas con la que cuentes, y cuélgalo de la puerta, para tenerlo siempre a mano. En un próximo post veremos como hacer uno de estos archivos.